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Llamado “Il Perusino”, fue un magnífico pintor renacentista, maestro de Rafael, que trabajó en Umbri, en Florencia y en Roma. Su fama fue grande y el estilo de su pintura mayor aún en la escala de los grandes artistas.
Sus producciones religiosas, llenas de vida y de genial originalidad, son numerosas. Destacan "San Jerónimo", "El Cristo crucificado", "S. Bernardo", "La Natividad de Cristo", "Moisés salvado de las aguas", "La entrega de las llaves a Pedro". Pero fueron muchas a lo largo de su dilatada existencia.
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